Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, si no aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz.
Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan solo una sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida. Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño por hacer felices a los demás.
Una mujer exquisita no es la más ardiente, sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.
Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada por ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir ¡NO! cuando debe decir¡ NO!
Y un HOMBRE........UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así…Que se siente orgulloso de tenerla a su lado…. Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento… Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes…
Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan solo una sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida. Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño por hacer felices a los demás.
Una mujer exquisita no es la más ardiente, sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.
Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada por ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir ¡NO! cuando debe decir¡ NO!
Y un HOMBRE........UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así…Que se siente orgulloso de tenerla a su lado…. Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento… Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes…
G.G.M.
Trece Líneas Para Vivir
1- Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo.
2- Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.
3- Sólo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser.
4- Un verdadero amigo es quien te toma de la mano y te toca el corazón.
5- La peor forma de extrañar a alguien, es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.
6- Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa.
7- Puedes ser solamente una persona para el mundo, pero para una persona tú eres el mundo.
8- No pases el tiempo con alguien que no está dispuesto a pasarlo contigo.
9- Quizá Dios quiere que conozcas mucha gente equivocada antes de conocer a la adecuada, para que cuando la encuentres, sepas estar agradecido.
10- No llores porque ya se termino, sonría porque sucedió.
11-Siempre habrá gente que te lastime, así que sigue confiando y sé más cuidadoso en quien confías dos veces.
12- Se cada vez una mejor persona y asegúrate de saber quién eres antes de conocer a alguien más y esperar que esa persona sepa quién eres.
13- No te esfuerces tanto, las mejores cosas suceden cuando menos te lo esperas.
Gabriel García Márquez
Te Deseo Primero Que Ames
Te deseo primero que ames y que,
Amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
Y que después de olvidar no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
Sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos y que,
Incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles,
Y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta para que,
Algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
Para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, más no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede nada más,
Esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente te deseo que seas tolerante,
No con los que se equivocan poco, porque eso es fácil,
Sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
Y que haciendo buen uso de esa tolerancia
Sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa,
Y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
Y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
Y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste,
No todo el año sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena,
Que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
Por encima y a pesar de todo, que existen
Y que te rodean seres oprimidos
Tratados con injusticia, y personas infelices.
Te deseo que acaricies un gato, alimentes un pájaro
Y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
Porque de esta manera te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla,
Por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento
Para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero,
Porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año pongas algo
De ese dinero enfrente de ti y digas: "Esto es mío",
Sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera
Pero que, si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte
Y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer,
Y que, siendo mujer, tengas un buen hombre
Mañana y al día siguiente, y que cuando estéis exhaustos
Y sonrientes, aún sobre amor para empezar de nuevo.
Si todas estas cosas llegaran a pasar,
No tengo nada más que desearte.
Amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
Y que después de olvidar no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
Sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos y que,
Incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles,
Y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta para que,
Algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
Para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, más no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede nada más,
Esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente te deseo que seas tolerante,
No con los que se equivocan poco, porque eso es fácil,
Sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
Y que haciendo buen uso de esa tolerancia
Sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa,
Y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
Y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
Y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste,
No todo el año sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena,
Que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
Por encima y a pesar de todo, que existen
Y que te rodean seres oprimidos
Tratados con injusticia, y personas infelices.
Te deseo que acaricies un gato, alimentes un pájaro
Y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
Porque de esta manera te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla,
Por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento
Para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero,
Porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año pongas algo
De ese dinero enfrente de ti y digas: "Esto es mío",
Sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera
Pero que, si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte
Y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer,
Y que, siendo mujer, tengas un buen hombre
Mañana y al día siguiente, y que cuando estéis exhaustos
Y sonrientes, aún sobre amor para empezar de nuevo.
Si todas estas cosas llegaran a pasar,
No tengo nada más que desearte.
Víctor Hugo