Disfruta de lo que tienes
Disfruta el Sol y su calor, al igual que la lluvia que hace crecer las plantas.
Disfruta de tu vida cuando no haya problemas, al igual que de los problemas que te enseñan a apreciar los momentos de paz.
Disfruta la quietud del mar, y disfruta de la tempestad, pues solo aquel que ha vivido la tormenta puede apreciar la quietud.
Disfruta de tus amigos, y disfruta de quienes no lo son, te enseñan a valorar y cuidar los que tienes.
Disfruta de tu salud pues es un regalo de Dios y disfruta la enfermedad pues te hace valorar la salud.
Disfruta de tu trabajo, miles no lo tienen y mueren de hambre.
Cada día es regalo precioso, con cosas que nos agradan o no, la clave de la felicidad es contrastar los malos momentos, que son minoría, con los maravillosos momentos que vives a cada día.
La próxima vez, no pienses en lo malo, sino en lo bueno que mayormente tienes en tu vida y que gracias a ese momento no tan agradable los apreciarás. No seas nunca taciturno, metido demasiado dentro de un estrecho pesimismo, fruto quizá, de un desengaño, de un fracaso.
Levanta la frente que aún hay un cielo que sonríe, y regresan de nuevo las primaveras al morir el invierno! Si ha caído marchita la flor de un ensueño, no te aflijas, espera y verás cómo los rosales vuelven a dar rosas.
Así son las flores... duran muy poco, por eso no les atribuyas nunca una maldad que no tienen, Dios las hizo así, sólo para las primaveras y cuesta muchísimo conservarlas fuera de su estación.
Por el contrario ámalas, porque ellas te enseñan con sus vidas efímeras, a levantar la mirada más arriba, hacia el que nunca muere y es el amor...
No quieras ser como los sauces, siempre mustios, llorando al pie del río de la vida. Aprende del ciprés a recoger tus aspiraciones y elevarlas al cielo, Ama los mismos fracasos, las mismas flores que se marchitan al tocarlas, porque te enseñan a soñar algo más sublime, a levantar tu mirada hacia la región azul de los cielos, donde está lo eterno, lo inmutable, lo divino... lo que no muere...
El Valor de Las Pequeñas Cosas
Aprende a escuchar el valor de las pequeñas cosas, de los acontecimientos.
Verás que todo habla, todo se comunica contigo.
Con cada falta de delicadeza, hiero un poco a aquellos que me aman.
Con cada desatención, no soy ni educado ni cristiano.
Con cada mirada de desprecio, alguien resulta golpeado.
Con cada gesto de impaciencia, doy una bofetada invisible a los que viven a mi lado.
Con cada perdón que niego, va un pedazo de mi egoísmo.
Con cada resentimiento que esbozo, revelo algo de mi amor propio herido.
Con cada palabra áspera que digo, pierdo algunos puntos para el cielo.
Con cada omisión que practico, rasgo una hoja del evangelio.
Con cada limosna que niego, alejo más triste a un pobre.
Con cada juicio malicioso, aflora mi lado mezquino.
Con cada oración que no hago, pierdo un mundo de gracia.
Con cada burla que hago, peco contra el silencio.
Con cada llanto que enjuago, hago más feliz a mi hermano.
Con cada acto de fe, canto un himno a la vida.
Con cada sonrisa que desparramo, planto una esperanza.
Con cada espina que clavo, lastimo el corazón de un semejante.
Con cada espina que arranco, alguien besará mi mano.
¡Con cada rosa que ofrezco los Ángeles dicen AMÉN!
Esfuérzate
Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo.
Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces... nadie recoge cosecha sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra.
Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega a puerto sin remar muchas veces.
Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas.
Nadie hace obras sin martillar sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo... ni se hace hombre sin sentir a Dios!
Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar.
Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de Dios.
Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad.
Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible.
Nadie conoce la oportunidad hasta que ésta pasa por su lado y la deja ir.
Nadie encuentra el pozo de DIOS hasta caminar por la sed del desierto.
Pero nadie deja de llegar, cuando se tiene la claridad de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de DIOS.
Nadie deja de arder con fuego dentro... nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone.
Si sacas todo lo que tienes...Vas a llegar!
Dios Fortaleza del Que Sufre
Dios Fortaleza del que sufre ayúdame a ser tan consciente,
Que me dé cuenta de mis propias limitaciones.
Tan valiente, que no me hunda ante las
inevitables dificultades de la vida;
Y tan humilde que llegue a descubrir que sin Ti.
nunca sabré llevar mi cruz de cada día.
Haz, Señor, que cuando me llegue el dolor o la prueba,
no la mire nunca como un castigo que Tú me envías,
sino como una oportunidad que me brindas.
De poderte demostrar que mi amor es serio
y que soy consecuente con la fe que profeso.
Que el dolor, Señor, me haga cada vez más maduro
como persona y como cristiano;
que me haga más comprensivo con los demás;
que me haga más amable, más tierno, más humano
que cuando el dolor llegue a mi puerta,
lejos de hacerme el mártir
o de tomar actitudes de víctima propiciatoria,
sepa repartir paz y alegría en medio de los que me rodean.
Cuando Me Quejo
Hoy, en un ómnibus,
Vi una chica con cabello doradoY deseé ser tan rubia como ella.
Cuando de pronto se levantó para irseVi que cojeaba por el pasillo,
Tenía una sola pierna y usaba muleta
Pero cuando pasó, sonreía.Oh, Dios, perdóname cuando me quejo,
Tengo dos piernas, el mundo es mío.Me detuve para comprar caramelos,
El muchacho que los vendía era tan encantador,Conversé con él, parecía tan contento,
Si llegaba tarde no me preocupaba.Y mientras me iba, dijo
"Gracias, has sido tan amable,Es lindo conversar con gente como tú, sabes, soy ciego".
Oh, Dios, perdóname cuando me quejo.Tengo dos ojos, el mundo es mío.
Más tarde, cuando iba caminando por la calleVi un chico de ojos azules,
Se paró y miraba a otros jugar,No sabía qué hacer.
Me detuve un momento y luego dije:"¿Por qué no te unes a los otros, querido?"
Siguió mirando hacia delante sin decir ni una palabra.Entonces me di cuenta que no podía oír.
Oh, Dios, perdóname cuando me quejo
Tengo dos oídos, el mundo es mío.Con pies que me llevan a donde quiero ir.
Con ojos para ver el brillo del sol.Con oídos para oír lo que sé.
Oh, Dios, perdóname cuando me quejo.En verdad he sido bendecido, el mundo es mío.
¡Esto es sólo para recordar lo mucho que tenemos que agradecer!
"Da lo mejor al mundo y lo mejor volverá a ti".
Vitamínas Para El Alma
Cuando las horas de desaliento te invadan el alma, y las lágrimas afloren en tus ojos, búscame: YO SOY AQUÉL que sabe consolarte y pronto detiene tus lágrimas.
Cuando desaparezca tu ánimo para luchar en las dificultades de la vida, o sientas que estas pronto a desfallecer, llámame: YO SOY LA FUERZA capaz de remover las piedras de tu camino y sobreponerte a las adversidades del mundo.
Cuando, sin clemencia, te encontraras sin donde reclinar tu cabeza, corre junto a mi: YO SOY EL REFUGIO, en cuyo seno encontrarás guarida para tu cuerpo y tranquilidad para tu espíritu.
Cuando te falte la calma, en momentos de gran aflicción, y te consideres incapaz de conservar la serenidad de espíritu, invócame: YO SOY LA PACIENCIA que te ayudará a vencer las dificultades más dolorosas y triunfar en las situaciones más difíciles.
Cuando te debatas en los misterios de la vida y tengas el alma golpeada por los obstáculos del camino, grita por mí: YO SOY EL BÁLSAMO que cicatrizará tus heridas y aliviará tus padecimientos.
Cuando el mundo sólo te haga falsas promesas y creas que ya nadie puede inspirarte confianza, ven a mí: YO SOY LA SINCERIDAD, que sabe corresponder a la franqueza de tus actitudes y a la nobleza de tus ideas.
Cuando la tristeza o la melancolía intenten albergarse en tu corazón, clama por mí: YO SOY LA ALEGRÍA que te infunde un aliento nuevo y te hará conocer los encantos de tu mundo interior.
Cuando, uno a uno, se destruyan tus ideales más bellos y te sientas desesperado, apela a mí: YO SOY LA ESPERANZA que te robustece la Fe.
Cuando la impiedad te revele las faltas y la dureza del corazón humano, aclámame: YO SOY EL PERDÓN, que te levanta el ánimo y promueve la rehabilitación de tu alma.
Cuando dudes de todo, hasta de tus propias convicciones, y el escepticismo te aborde el alma, recurre a mí: YO SOY LA FE que te inunda de luz y de entendimiento para que alcances la FELICIDAD.
Cuando ya nadie te tienda una mano tierna y sincera y te desilusiones de los sentimientos de tus semejantes, aproxímate a mí: YO SOY LA RENUNCIA que te enseñará a entender la ingratitud de los hombres y la incomprensión del mundo.
Y cuando al fin, quieras saber quién soy, pregúntale al río que murmura, al pájaro que canta, a las estrellas que titilan. Yo Soy la Dinámica De La Vida, la Armonía de la Naturaleza.
Me llamo AMOR. Soy El Remedio Para todos los males que atormenten tú Espiritú.
Ven a mí... que yo te llevaré a las serenas mansiones del infinito... bajo las luces brillantes de la eternidad...
Jesucristo
El Perdón
Pocas veces somos ofendidos; muchas veces nos sentimos ofendidos.
Perdonar es abandonar o eliminar un sentimiento adverso contra el hermano.
¿Quién sufre: el que odia o el que es odiado?
El que es odiado vive feliz, generalmente en su mundo.
El que cultiva el rencor se parece a aquél que agarra una brasa ardiente o al que atiza una llama; pareciera que la llama quema al enemigo, pero no, se quema uno mismo.
El resentimiento sólo destruye al resentido.
El amor propio es ciego y suicida; prefiere la satisfacción de la venganza al alivio del perdón, pero es locura odiar: es como almacenar veneno en las entrañas.
El rencoroso vive en una eterna agonía.
No hay en el mundo fruta más sabrosa que la sensación de descanso y alivio que se siente al perdonar, así como no hay fatiga más desagradable que la que produce el rencor.
Vale la pena perdonar, aunque sea sólo por interés, porque no hay terapia más liberadora que el perdón.
Siente al perdonar, así como no hay fatiga más desagradable
que la que produce el rencor.
El Mejor Lenguaje Sobre Dios
Dije al almendro: háblame de Dios y el almendro floreció,
Dije al pobre: háblame de Dios, y el pobre me ofreció su capa.
Dije al sueño: háblame de Dios y el sueño se hizo realidad.
Dije a un campesino: háblame de Dios y el campesino me enseñó a labrar.
Dije a la naturaleza: háblame de Dios y la naturaleza se cubrió de hermosura
Dije a un amigo: háblame de Dios y el amigo me enseñó a amar.
Dije a un pequeño: háblame de Dios y el pequeño sonrió.
Dije a un ruiseñor: háblame de Dios y el ruiseñor se puso a cantar.
Dije a la fuente: háblame de Dios y el agua brotó.
Dije a mi madre: háblame de Dios y mi madre me dio un beso en la frente.
Dije a la gente: háblame de Dios y la gente se amaba.
Dije a la voz: háblame de Dios y la voz no encontró palabras.
Dije al dolor: háblame de Dios y el dolor se transformó en agradecimiento.
Dije a la Biblia: háblame de Dios y la Biblia se ahogó de tanto hablar.
Dije a Jesús: háblame de Dios y Jesús rezó el Padrenuestro.
Dije temeroso al sol poniente: háblame de Dios y el sol se ocultó sin decirme nada. Pero al día siguiente al amanecer cuando abría la ventana ya me volvió a sonreír.